Hacemos tratos, negociamos acuerdos y, durante un tiempo, las cosas funcionan sin problemas. Entonces, de repente nos damos cuenta de que nosotros mismos nos hemos arrinconado y que estamos atrapados por esas mismas tretas que se suponía que nos iban a ayudar. Estás empezando a reconsiderar tu papel dentro de un grupo en particular – mientras ellos están evaluando su relación contigo. Esto podría parecer incómodo pero es una situación saludable y productiva. La negociación de nuevos términos hará que todo el mundo esté más contento.
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