Es como si un nubarrón se hubiera estado cerniendo sobre un aspecto importante de tu vida. Esto ha estado generando cierto nerviosismo: la incómoda sensación de que algo no está bien del todo. Cuando es difícil concretar lo que está mal, es imposible encontrar el remedio. La buena noticia es que el equinoccio te trae la energía y la visión que necesitas para llegar a la raíz del asunto. Los problemas siempre parecen más terroríficos de lo que lo son. Éste no es una excepción. Cuando la nube se aclare estarás lista para tener una nueva (y mejor) vista.