Cuando la vida está repleta de limitaciones y reglas, es difícil que ocurran cosas mágicas. A la magia no le gustan las normas más de lo que le gustan las explicaciones. Necesita cierto espacio para que quepan la emoción espontánea y la inspiración. Llega cuando dejamos de intentar forzar las cosas o cuando permitimos que nuestros sentimientos negativos nos arrollen. Así que tienes motivos para alegrarte de las turbulencias y problemas que hay en estos momentos en tu vida. El mensaje del cosmos es claro. Busca (y aprovecha) los momentos mágicos a medida que aparezcan.