Es fácil echar la vista atrás y que contemplemos con incredulidad las decisiones que tomamos en el pasado. ¿Cómo es posible que nos interesase tanto una moda? ¿O una estrella del pop? Es difícil recordar por qué llevábamos esa ropa en particular o decorábamos las paredes de nuestra habitación precisamente con esas fotos. Justo porque muchos artículos de moda vuelvan a estar en boga no hace que esté bien comprar algo sólo porque otra persona piense que está bien. Hoy tu decisión más importante tiene que estar basada en principios eternos.