Puede que haya muchas razones por las que nos cuesta tanto trabajo comprometernos de todo corazón con un plan, pero todas se reducen a una sola cosa. Nos da miedo sentirnos decepcionados y le tenemos terror al fracaso. Hacemos todo lo posible para evitar caer en una situación desafortunada que se podría haber evitado. Sin embargo, si no nos lanzamos en cuerpo y alma a una empresa, nunca dejará ver todo su potencial, ni tampoco recibiremos todos los regalos que tiene para nosotros. Hoy es un buen día para encontrar el valor necesario para correr un riesgo.
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