Cuando tienes la sensación de que has llegado a lo más alto del trampolín y te preocupa la idea de cómo vas a llegar a la piscina que hay abajo, siempre puedes darte la vuelta y bajar por la escalerilla. Tienes libertad para elegir. Nadie puede obligarte a hacer algo que no quieras hacer. Cuando tomamos la decisión de continuar haciendo una cosa, sólo deberíamos hacerla porque creemos que estamos haciendo lo que es bueno para nosotros. Tu determinación a dejarte guiar por tu corazón hará de este fin de semana un éxito.