A nadie le hace gracia que lo describan como “infantil”. Por otro lado, que digan que es “como un niño” es otra historia. Da a entender un inocente, asombrado, cálido y festivo entusiasmo por el mundo que nos rodea. Tener rabietas y ponerse a gritar no está tan bien. Sin embargo, cuando se trata de lidiar con amigos y familiares, todos somos capaces de mostrar estos dos rasgos. La franqueza y la sinceridad son más productivas que la discordia y el drama… pero hay que encontrar un punto medio. Hoy pórtate como te sientas.