La gente es, en su mayor parte, intrínsecamente sincera – incluso cuando se trata de molestias personales. Siguen siendo honrados donde una mentirijilla piadosa podría aumentar exponencialmente sus posibilidades de éxito. En realidad, a la mayoría de los mentirosos no se les da especialmente bien mentir. Únicamente consiguen mantener el engaño cuando se las arreglan para creer en su propia narración. Sospechas que alguien te está engañando. A medida que la Luna se vaya llenando, verás si esto es a propósito o sin querer.