No cabe duda de que el mundo no es perfecto y puede que nunca llegue a serlo. Pero tampoco es un lugar terrible y la manera en que experimentamos sus imperfecciones varía de un individuo a otro. Cambia según el humor en que estemos y la actitud que adoptemos ante los retos que se nos pongan por delante. Así que, aunque no se dé el caso de que todo salga bien si piensas que va a salir bien, si consigues dejar de sentirte mal en relación a cierta situación, verás que estás en un lugar mucho mejor de lo que crees.