Debido a una intensa presión, has permitido que ocurra una cosa que va en contra de tus principios. Esto supone un reto porque cada vez está más claro que tus peores temores se están haciendo realidad: no está funcionando como prometía. ¿Por qué dejaste que se te empujara a hacer eso? ¡No! Deja de reprenderte. Hiciste lo que tenías que hacer. Estabas atrapada entre la espada y la pared y verás los motivos por los que actuaste de esa manera. Mereces que se te respete por haber ido más allá de lo que te sentías cómoda.