A pesar de que a la gente le gusta decirle los demás que no dejen para mañana cualquier cosa que puedan hacer hoy, éste no siempre es el mejor consejo. A veces es buena idea no saltar a la acción porque, mañana, podrías darte cuenta de que no necesitabas hacer lo que habías hecho. Parece que tenemos profundamente arraigada una ética del trabajo que nos resulta difícil ignorar. A veces, no hacer nada es más fortalecedor que no adoptar ninguna medida en absoluto. El equinoccio trae un tiempo así. Hoy deja que las cosas sigan su curso.