Al parecer sólo hay tres tipos de personas en este mundo. La gente de cuya compañía disfrutamos, la gente cuya compañía evitamos y la gente que tratamos de ignorar. El único problema es que esas personas tienen la frustrante costumbre de revolotear entre categorías Y lo más molesto es que esa misma gente está también intentando clasificarnos en sus propias categorías. En este tipo de entorno es un milagro que consigamos mantener alguna clase de diálogo. Por suerte, aun en una relación difícil, querer es poder.