De niños nos mandaron a la escuela para que empezásemos a adquirir información. Aprendimos el alfabeto y nuestros horarios y todo tipo de datos y cifras. ¡No sorprende que pensemos que lo sabemos todo! Sin embargo, por debajo de todas las trivialidades hay muchas cosas que no nos enseñan nunca. El problema está en que nos concentramos tanto en dar la impresión de que somos inteligentes y encantadores que compensamos los vacíos y simulamos tener soluciones, cuando ni siquiera tenemos idea de algo. Asegúrate de tener todos los datos antes de tomar una gran decisión.