Ese resplandor hacia el que te encaminas es decididamente la luz al final del túnel. Si algunas veces se parece al brillo de los ojos de un tigre que espera en la oscuridad, no es más que tu imaginación haciendo de las suyas. Llevas algún tiempo montando en una montaña rusa emocional. Saber que el cinturón de seguridad está bien abrochado, no hace que las subidas y bajadas sean más fáciles de manejar. Te has acostumbrado a vivir con cierto temor. Sin embargo ahora se te está dando la capacidad de controlar tu velocidad. Un viaje difícil está llegando a su fin.