A veces la gente dice cosas muy raras. En ciertas situaciones hasta juran que el azul es rojo y que el café es té. Pocas veces lo hacen por malicia o con mala intención. La mayoría de las veces esto viene motivado por un malentendido o por un confuso sentimiento de culpabilidad. Sin embargo, la gente no se echa atrás de estas afirmaciones porque cree sinceramente en ellas. Por desgracia esto significa que tenemos que tener cuidado con a quién escuchamos. Hoy sé cauta pero no seas pesimista. No hay necesidad de ello.