Se nos da bien marcar límites y definir líneas divisorias. Sabemos lo que nos gusta y lo que no, y el mero hecho de defender estos límites nos protege de un sinfín de decisiones que de otro modo podrían crear el caos. El inconveniente de esto es que las barreras que levantamos para protegernos también se convierten en obstáculos para nuestro progreso. La Luna creciente te invita a contemplar algunos de los límites que has trazado a tu alrededor. En lugar de reforzarlos, puedes reconvertirlos en puentes.