“La ropa hace al hombre”. O a la mujer, desde luego. Este proverbio, que data como poco de hace 400 años, es especialmente relevante para ti. Las apariencias no son meramente superficiales. Nuestro aspecto puede tener un profundo impacto en cómo nos sentimos y, lo más importante, en cómo nos perciben los demás. Quieres que cierta persona te preste atención. Para lograrlo, bastará con que simplemente pienses en el personaje que has creado y en el impacto que causas. Un pequeño cambio de actitud y una nueva postura son igual a un gran éxito.