Lo que pasa con las metas establecidas es que, si nos quedamos cortos, podemos sentirnos terriblemente decepcionados. Tal vez por eso muchos de nosotros prefiramos ir en “cualquier dirección” a tener un destino específico en mente. Nos dicen: “Apunta a la Luna. Si fallas estarás entre las estrellas”. Sin embargo, nuestra mente orientada a cumplir objetivos puede interferir en el camino de la felicidad y la satisfacción. Si hoy no te conformas con nada que no sea la perfección, entonces ve por ella. Pero si hay espacio para negociar, eso merece una celebración.