A veces, al intentar resolver un problema o recordar un dato útil, nos estrujamos el cerebro durante horas sin encontrar la respuesta. Al final no queda más remedio que darnos por vencidos y pasar a otra cosa. Dejamos de pensar en ello. Al cabo de un rato, cuando ya estamos centrados en otros temas, la solución o el recuerdo aparecen en nuestra mente. A medida que nos adentramos en la oscuridad de la Luna, tú entras en una pausa. Puedes relajarte y darte el lujo de distraerte. Volverás a la normalidad cuando sea el momento adecuado.