No sólo a la gente perezosa le gusta la idea de estar sin hacer nada. Los sabios también pueden sentirse atraídos por la inactividad. En este peligrosamente atareado mundo nuestro, casi ha desaparecido la apreciación del arte de no hacer nada. Sin embargo, muchas veces es lo mejor. Conforme ahora piensas en una cantidad aparentemente confusa de soluciones para cierto problema, bien podría darse el caso de que lo más inteligente que puedas hacer sea dejar que pase un poco de tiempo. Si te das permiso para quedarte al margen y observar, verás lo que tienes que hacer.