¿Hacen falta los presidentes y los primeros ministros? ¿Por qué los parlamentos y las instituciones gubernamentales no pueden asumir la responsabilidad colectiva de sus decisiones? Probablemente se debe a que un solo líder es más útil. Esto permite que alguien encarne el poder, lo que significa que puede ser visto como una figura del éxito o como el chivo expiatorio del fracaso. Como individuos y como sociedad, estamos listos para repartir la culpa. Hoy no caigas en esa trampa. Sé magnánima e indulgente, en especial contigo misma.