Hay una buena razón para que algunas preguntas que no se planteen nunca: las respuestas son demasiado inquietantes. Cuando solicitas autorización de un canal apropiado, es posible que no recibas la respuesta correcta. Y, si sigues adelante, lo más probable es que te salgas con la tuya. ¿Pero es eso justo? Únicamente estoy indicándote tus opciones – serás tú la que decidirás lo que quieres hacer. Por supuesto que podrías pedirle su opinión a cierta persona, pero éste podría no ser el momento ideal. Los enigmas morales nunca son fáciles. Tómate tu tiempo para decidir.
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