Gastamos grandes cantidades de dinero en agendas, blocs de notas y complicados organizadores electrónicos, en una búsqueda colectiva por tomar el control de nuestro destino. Sin embargo, por mucho que lo intentemos, es imposible que tengamos pensada cada eventualidad. Hay momentos en los que simplemente tenemos que dejarnos llevar por la corriente y esperar que las cosas salgan bien. Cuando lo hacen, nos sentimos bien y cuando no, nos sentimos mal. Te preocupa que la realidad no concuerde con una teoría en la que has invertido. Pero lo hará. Hay magia reservada para ti.