Cuando la mente y el corazón no se ponen de acuerdo, puede aparecer una peligrosa brecha. Cuando estas dos fuerzas empiezan a luchar entre ellas, la vida se complica. En tales circunstancias, es siempre aconsejable admitir que hay un conflicto en marcha, en lugar de negar su existencia. Si intentamos encubrirlo, el corazón encontrará la manera de engañar a la mente y dejar que crea que está ejerciendo todo el poder. Este fin de semana hay que negociar una tregua interior. Hacer las paces contigo misma también beneficiará a una relación.