Tenemos extrañas maneras de medir el éxito y el fracaso. Si vamos en un camino recto y estamos avanzando a buen paso hacia el destino que nos espera, consideramos que lo estamos haciendo bien. Tan pronto como una pequeña duda se cuela en la escena, empezamos a pensar en nuestras decisiones e intenciones. Esta duda viene a menudo proyectada por los demás Antes de darnos cuenta de donde estamos, pedimos perdón por lo que hayamos hecho y perdemos la confianza en nuestros planes. Hoy sigue así Estás en el camino correcto.