A la gente buena no deberían pasarle cosas malas. Y, sin embargo, les pasan. También a la gente mala le pasan cosas buenas. Lo que no parece justo. Pero, ¿quiénes somos nosotros para juzgar? No estamos dotados de un gran poder divino, ni siquiera tenemos la capacidad de distinguir con precisión lo bueno de lo malo. Somos seres humanos falibles que cometemos errores. Si realmente te mereces lo que te espera este fin de semana como si no, es algo irrelevante. Estarás muy contenta cuando llegue. Un descubrimiento está a punto de cambiar radicalmente tu mundo.