¿Qué es lo que te llama más la atención cuando te acuerdas de tu pasado? ¿Los riesgos que no corriste o los que agarraste por los cuernos? ¿Te estremeces al pensar en lo que podría haber sido? ¿O te sientes orgullosa de lo que has logrado? Por supuesto que es importante aprender del pasado. Pero no debemos caer en la trampa de creer que las lecciones llevan siempre al arrepentimiento. Has recorrido un largo camino. Si miras la situación actual desde una nueva perspectiva, te darás cuenta de lo lejos que has llegado realmente.