¿A que sería estupendo que existiera algo así como un “moralmetro”? Un pequeñísimo dispositivo que, siempre que te vieras frente a una decisión dudosa que necesitase un juicio inmediato, emitiese tres pitidos cortos para indicar la mejor respuesta. Se acabarían las malas decisiones. Lo mismo que las miradas críticas y miradas cohibidas. Todo sería perfecto. Como este dispositivo aún no se ha inventado, este fin de semana vas a tener que seguir a tu instinto (muy bien afinado).