Siempre hay un día después de mañana, que es por lo que “el mañana” no llega nunca. Raras veces nos levantamos de la cama y descubrimos que estamos viviendo en un mundo totalmente nuevo. Con el paso del tiempo, nos damos cuenta de que las cosas han cambiado irreversiblemente. El cosmos te está pidiendo que pienses en dónde te gustaría estar hacia finales de año. Sin embargo, preferirías centrarte en los problemas a los que tienes que enfrentarte hoy. No te sientas tentada a dejar pasar la oportunidad poco habitual de influir en tu futuro. El día de hoy puede cuidarse solo.