No siempre es fácil distinguir entre la realidad y la fantasía. En especial cuando algo nos entusiasma. En ese caso o tendemos a retorcer y dar forma a las situaciones de nuestro mundo para que se ajusten a nuestra visión. O nos aferramos a un sueño con tanta fuerza que obligamos a las circunstancias a encajar con él y que así se haga realidad La incapacidad de diferenciar entre estas situaciones puede suponer un problema, pero también puede ser un regalo. Conforme se está formando la cometa astrológica, vale la pena que repases por qué piensas que un sueño no puede hacerse realidad.