Los psicólogos ensalzan los beneficios de ver la vida como la vería un niño. Por supuesto que hay una gran diferencia entre ser como un niño y ser infantil. Cuando somos infantiles tendemos a enfurruñarnos y a tener rabietas (no tienes más que pensar en cómo se ponen los políticos cuando no se salen con la suya). Ser como un niño es lo contrario de esto. Es estar abiertos a las ideas de otras personas y actuar con cariño y aprecio. Hoy vas a poder vencer fácilmente cualquier temor infantil y esperar el fin de semana con infantil ilusión.