Hay pocas cosas más irritantes que cuando te dicen una perogrullada después de que has cometido un error. “No lo pensaste bien, ¿verdad? Ahora vas a tener que enfrentarte a los hechos”. ¡Como si no te hubieras dado cuenta por ti misma! Sin embargo, ahora mismo esos reproches no salen de los labios de otra persona sino de los tuyos. Te lo estás haciendo pasar mal. Sí, tienes que enfrentarse a algunos hechos. Puede que tus intentos para solucionar un problema no hayan salido tan bien como habías esperado. Pero lo intentaste, y aprendiste. No te rindas.