Cuando estamos atrapados en un ciclo que se repite, no resulta fácil saber qué es lo que se ha estancado… ¿somos nosotros o es el resto del mundo? ¿Había una valiosa lección que, por lo que fuera, se nos pasó por alto? ¿O es que nos hemos visto envueltos en los problemas de alguien y nos hemos quedado atascados en su engranaje? No es cuestión de echar las culpas. Se trata de encontrar dónde está el fallo y luego arreglarlo. El equinoccio te trae la claridad mental que necesitas para hacer evaluaciones inteligentes sin que nadie (incluyéndote a ti) se sienta culpable. Entonces podrás seguir adelante.