Preocuparte por la amenaza de una invasión extraterrestre está muy bien cuando has estado viendo un montón de películas de ciencia ficción y te has pasado con la cafeína. Otra cosa es que te fabriques tu propia radio cósmica casera y la uses para comunicarte con los amistosos habitantes de un planeta que está al otro extremo de la galaxia. Lo que estoy intentando mostrarte es la cantidad de veces que basamos nuestras preocupaciones en frágiles fundamentos. Hoy únicamente tienes que ocuparte de lo que sabes que es real.