Hay veces en las que tenemos la sensación de estar viviendo en un metafórico remolino de confusión. Nuestros pensamientos son tan confusos que nos es imposible saber en cuál concentrarnos a continuación. En tales circunstancias, tendemos a responder a lo que sea más urgente, dejando para más adelante los temas complicados. Sólo más tarde nos daremos cuenta de que nuestra agenda ha sido secuestrada por las vociferantes exigencias de otra persona a expensas de nuestros propios asuntos. El vínculo de Venus y Saturno trae un recordatorio muy oportuno de cuáles son tus prioridades.
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