Cuando estás en una montaña rusa, tienes que estar preparada para casi cualquier cosa. La experiencia podría estar a punto de mejorar mucho (a medida que llegas a la base de una pendiente) pero, justo a continuación del alivio, viene un bucle en cadena. Se hace difícil predecir qué es peor: la anticipación del descenso a toda velocidad o la propia bajada. La poderosa Luna Nueva marca el final de un periodo caótico de tu vida. Algo que ha sido incierto está a punto de aclararse. La sensación de certeza te proporcionará cierto alivio.