Muchas películas bélicas se basan en el mismo argumento: nuestro héroe, un joven soldado, es puesto a prueba por un curtido superior. “¡No seas tan débil! ¡Corre más rápido! ¡Lleva más peso! Ahora, tírate al suelo ¡y haz 50 flexiones!”. Hace poco te ha empezado a dar la sensación de que el cosmos ha contratado un sargento para que te atormente. Cada vez que las cosas empiezan a tranquilizarse, él aumenta la presión. A pesar de las innegables exigencias de tus actuales circunstancias, el inminente equinoccio te promete progreso – no dolor.