Los profesionales necesitan que creamos que lo que hacen es complejo y único. Los expertos quieren que pensemos que son unos genios. Y la gente que prepara “comida precocinada”, piensa igual. Después de todo, si no pensásemos que cocinar es difícil, ¿a ver por qué íbamos a comprar platos preparados? Esta actitud está presente a lo largo de toda la vida. Contamos nuestras propias historias y nos creemos los mitos que nos venden. La próxima vez que alguien te recomiende una especialidad cara, pregúntate si realmente necesitas ser un genio para saber lo que es mejor.