Los mapas y las carreteras no son la misma cosa. En teoría sabes en qué dirección vas. Has tenido en cuenta las alternativas, has decidido tu ruta y emprendido tu viaje. Sin embargo, hay una brecha entre lo que has planeado y la realidad. Nada es como habías anticipado y te parece que has perdido el rumbo. ¿Has dado el paso correcto? ¡Sí! Escucha a tu intuición. Ten fe en tus decisiones. Dentro de poco verás que no es cuestión de adivinar el camino, sino de conocerlo.