Al parecer, en el mundo de hoy, a la gente no le pasa nada si le falta el respeto a los demás. Hay tanta injusticia y codicia que corremos el peligro de aceptarlas como una parte normal de nuestra vida. Pero, aunque tales actitudes puedan proporcionar el “éxito”, desde luego que no dan la felicidad. La gente que vive de esta forma carece de sensibilidad y sinceridad. No te dejes seducir por la idea de que tu conciencia es una debilidad. Es la herramienta más poderosa de tu arsenal. Sigue a tu instinto y no te equivocarás.