Todos los objetos que vayamos a usar con fines mágicos necesitan de una consagración, las velas no son una excepción y hoy vamos a hablar de la consagración de las velas. Ten en cuenta que todos aquellos objetos que hayan sido fabricados en otro sitio, distribuidos y vendidos, han pasado por muchas manos, absorbiendo la energía, tanto buena como mala, de diversas personas. Una de las formas que nos permite liberarnos de todas esas vibraciones desconocidas, es la consagración de las velas, para que puedas usarlas sin tener problemas relacionados con quién las tocó antes.
Para empezar con la consagración de las velas, debemos purificar el lugar en el que vamos a realizar este acto mágico, para ello necesitaremos un poco de incienso, encenderlo en la habitación y decir en voz alta “que el mal se aleje de aquí y de paso a la bondad absoluta”. Deberemos decir esta frase tres veces antes de proceder al ritual de consagración.
El ritual de consagración de las velas se realizará con un poco de aceite de oliva, el incienso, sándalo (tendrá que ser en formato polvo) y sal marina. En este ritual, el primer paso será poner en un cuento una cucharada de aceite, después añadiremos un poco de incienso, sándalo y sal. Deberemos untarnos bien las manos con el mejunje que salga de la mezcla mientras piensas en cosas positivas que animen las fuerzas que acogerán las velas.
Para acabar con este ritual que consagrará tus velas deberás untarlas frotando un total de siete veces de abajo a arriba, para ello deberás decir las siguientes palabras en voz alta “que los restos de otros seres desaparezcan y estos objetos se conviertan en sagrados y puros.”
Una vez terminado este proceso, ¡enhorabuena! Ya habrás consagrado tus velas espantando las malas vibraciones de otras personas.
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