Esperamos que la gente responda sinceramente cuando se les ha tomado juramento y están prestando declaración. Pero el mundo sería un lugar muy diferente si en nuestra vida cotidiana siguiésemos esa costumbre. Imagínate que los dependientes de las tiendas respondieran con toda sinceridad a preguntas sobre si la ropa le queda bien o mal al cliente… ¡nadie compraría nada! Algunas veces es aconsejable que elijamos bien lo que vamos a responder. Cuando este fin de semana te pidan tu opinión, vale la pena que tengas cuidado con lo que respondas.