¿Puedes enfrentarte a lo imposible? ¡Vaya pregunta! ¡Pues claro que puedes! Donde los demás huyen ante un desafío de grandes proporciones, tú sigues dirigiéndote hacia él. Sabes como manejar las dificultades y tu tranquila determinación se asegura de que se te dé bien hacerlo. Es decir, siempre y cuando no tengas que sentarte a esperar a que pase algo. ¡Esa parte ya no se te da tan bien! Por eso te está resultando tan frustrantemente difícil abordar el reto que se te presenta en estos momentos. Otra persona tiene el control. Ten paciencia. Se avecinan cambios.