No se gana nada discutiendo, a menos que se disfrute con ello. Cuando una discusión proporciona placer, entonces es que tiene un propósito. Las “discusiones” tensas y competitivas entusiasman a algunas personas. Hacen que se les dispare la adrenalina y que estén en estado de alerta. Pero también significa que incordian a la gente y que disfrutan sacando a los demás de quicio hasta conseguir provocar en ellos la respuesta deseada. Si todo lo que quieres hacer es alcanzar tu objetivo, entonces no hace falta que hoy te portes así. La evidencia está siendo revelada.