Por muy amistosos que parezcan, los vendedores no son nuestros amigos. Su fachada jovial y amigable no es más que una estratagema para ganarse nuestra confianza y, con ello, persuadirnos de que nos gastemos el dinero. Por lo tanto, este fin de semana no creas al pie de la letra lo que te digan las personas excesivamente encantadoras, pero tampoco te olvides de poner en marcha tu encanto, si fuera necesario. El equinoccio sugiere que te van a presentar buenas y agradables ofertas pero primero tienes que confiar en tu instinto y ver más allá de los argumentos de venta.