Los momentos de inspiración más valiosos se toman su tiempo para desarrollarse. Como las plantas, crecen lentamente. Hay días en los que una idea parece florecer de repente, pero esto es el resultado de un proceso de contemplación. Hasta que llega el momento, cuando la flor se abre o un deseo inconsciente se convierte en un reconocimiento consciente, lo único que podemos hacer es reflexionar. Así que, ahora que has comprendido algo, ¿por qué no haces nada? Necesitas un poco más de luz con la que iluminar tu idea antes de emprender el camino correcto.