Hay personas que se pasan la vida preocupándose de que el pasado venga a por ellas. Otras no creen en fantasmas y, si no crees en apariciones espeluznantes, realmente no puedes creer en la posibilidad de que algo vaya a por ti. El pasado no guarda amenazas. Es nuestro miedo a él lo que causa problemas. Asimismo, no es en el dinero donde está la raíz del mal. Es el amor por él lo que causa tanta infelicidad. Hoy no temas las consecuencias de algo que hayas hecho. En vez de eso, disfruta de los beneficios de una inversión emocional del pasado.