Imagínate que estás intentando decidir qué vas a comer. Tus opciones son limitadas: sólo puedes elegir dos comidas de precio similar entre las que se ofrecen. Aunque las dos se anuncian como deliciosas, una tiene un aspecto saludable y fresco mientras que el aspecto de la otra es tan asqueroso que te pondrías enferma si la comieras. ¡Es fácil entonces! Sabes cuál de las dos vas a elegir. Sin embargo, cuando estamos decidiendo si nos centramos en algo que nos haga felices o en algo que nos haga desdichados, nos enfrentamos a una decisión similar. Este fin de semana toma la decisión correcta.