Por bruscos que podamos ser a veces, todos podemos ser muy educados. Todos tenemos cierta tendencia a pensar mucho en cómo nos ven los demás y a hacer realidad complicadas estrategias en nuestra cabeza… “si ellos dicen esto y yo digo eso, entonces podría ocurrir esto y ellos harán eso y todos acabaremos en un incómodo estancamiento social”. Aunque no siempre es perjudicial hacer este tipo de cálculos, lo cierto es que sí que se puede pensar demasiado. No es necesario que te disculpes por lo que eres. Hoy recuerda eso.
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