Una manera de poner los problemas en perspectiva es subir al último piso de un edificio muy alto y ver el bullicio del mundo bajo nuestra mirada. Dejamos que nuestros problemas y preocupaciones crezcan hasta llegar a tal tamaño que acaban apoderándose de nuestra vida e impidiéndonos ver lo que está pasando realmente. A medida que la Luna va creciendo, va arrojando luz sobre cierta dificultad de tu vida, haciéndola resaltar desde un ángulo diferente. Tu perspectiva está cambiando. El problema no es ni de cerca tan grande como crees.